μReseña: TOUCH ~Bateadores~

Esta historia trata sobre béisbol... y también sobre Tatsuya y Kazuya Uesugi (gemelos) y su amiga de la infancia, Minami Asakura.

Desde pequeños, los tres siempre han estado juntos ya que eran vecinos, hasta el punto de que sus padres construyeran una casita entre ambas para que pudieran campar a sus anchas... pero una vez crecieron, los gemelos se dieron cuenta de que Minami era una chica.

Tatsuya es un chico con talento, pero también un vago, y su hermano menor, Kazuya, es el que tiene toda la admiración del instituto por su rectitud, seriedad, talento y trabajo duro (sobre todo en el béisbol, siendo el as).

El sueño de Kazuya es llevar a Minami al Koshien (Estadio donde se celebra el Torneo Nacional), aunque a ella le tira más Tatsuya. Una desgracia hará que Tatsuya entre en el equipo de béisbol y tenga que conseguir el sueño que su hermano le prometió a Minami.

TOUCH es uno de mis 3 mangas favoritos, y cada vez que lo leo lo devoro sin piedad y me leo los 11 tochotomos de Otakuland en poco más de un día. Es el manga por excelencia de Mitsuru Adachi, y el que marcó la pauta del resto de sus éxitos en el género deportivo y de comedia romántica.

Es cierto que el estilo de dibujo de Adachi no ha cambiado mucho en el tiempo, pero se nota la diferencia entre Cross Game y TOUCH. Aún así me gusta más ese aire clásico de los años 80, no sé ni como explicarlo, pero será que soy un carca xD

El manga es, sobre todo, una comedia romántica entre Tatsuya y Minami, y de como cada uno recorre su carrera deportiva en el instituto Meisei como mejor puede, uno siendo el pitcher titular del equipo de béisbol y la otra, la estrella del equipo de gimnasia rítmica. Es cierto que al principio Tatsuya no pega un palo al agua, pero una vez se centra, toda la atención de la historia recae en sus hombros, y en todas las adversidades que tiene que pasar para llevar a su equipo y a Minami al Koshien.

No olvidarse de todos los puntazos que no me canso de contar, y que hacen de Adachi un genial mangaka: la expresividad de sus personajes, que en la mayoría de ocasiones no hace falta ni que medien palabra; los largos silencios en los que se va por las ramas mirando a otros lugares pero que llenan el capítulo de una manera fantástica, y claro está, las coñas interminables y cameos (y publicidad subliminal) que ya son marca de la casa.

O lo odias o lo amas, pero el caso es que no deja indiferente...

Y fue gracias a Jeparla que conocí este grandísimo manga (a partir de éste, me lei todos los demás =D).