μReseña: Hasta luego, y gracias por el pescado (Novela)

"Los seguidores habituales de las hazañas de Arthur Dent quizá tengan una impresión de su carácter y costumbres que, aunque refleje la verdad y, por supuesto, nada más que la verdad, se quede un poco corta, en su composición, respecto a toda la verdad en el conjunto de sus aspectos gloriosos."

"¿Quién es ese Arthur Dent -resuena el grito desde los más alejados rincones de la Galaxia, que hasta se incluye en una misteriosa prueba del profundo espacio cuyo origen se piensa viene de una galaxia foránea a una distancia demasiado horrible de calcular- un hombre o un ratón? ¿Es que no le interesan más que el té y las cuestiones más amplias de la vida? ¿Es que no tiene espíritu? ¿No tiene pasiones? Para decirlo con pocas palabras, ¿es que no folla?

Los que deseen saberlo, que sigan leyendo. Los que quieran saltárselo, quizá deban pasar al último capítulo, que es muy bueno y sale Marvin."

Estos dos fragmentos del capítulo 25 del libro, resumen a la perfección la trama de la cuarta novela del Autoestopista, quizá la menos rara de todas y es que se centra en algo muy puro... el amor, bueno, y también en si Arthur Dent folla con su chica mientras vuela por los cielos de Inglaterra... *trollface*

Todo se centra en Arthur y Fenchurch, la chica que  supuestamente guarda en su cabeza la pregunta a la respuesta sobre la vida, el universo y todo lo demás. Porque sin venir a cuento, Arthur se encuentra en la Tierra después de que los vogones la destruyeran, y sin saberlo, ha conocido al dios de la lluvia (bueno, éste tampoco lo sabe).

Ah sí, y parece que los delfines (la segunda raza más inteligente sobre la Tierra sólo por detrás de los ratones y que avisaron a los humanos de la amenaza vogona, pero que fuer malinterpretada por saltos y piruetas) no se marcharon sólo con el "Hasta luego, y gracias por el pescado."

El caso es que Arthur parece haber olvidado a Trillian, Ford piensa que hay una conspiración contra la Guía y Marvin sigue igual de paranoide... pero ahora millones y millones de años más viejo.

Y para rematar... el mensaje final de Dios a su creación, que tendréis que descubrir leyendo el libro ;)