sábado, 18 de enero de 2020
Bendito intercambio de videojuegos
Cuando llegas a una edad -madre mía, qué viejo ha sonado eso-, empiezas a tener menos tiempo libre para dedicar al ocio, y los videojuegos son una afición que suele consumir bastante tiempo. Otro problema es que se van acumulando los juegos y te empiezas a dar cuenta de que compras y compras, sin jugar apenas. Con PS4 no tengo problemas porque lo que no consigo a precio de risa, me lo prestan los colegas, y una vez finiquitado, paso al siguiente. El problema es la Switch.
Con los juegos de Nintendo siempre pasa lo mismo, que no bajan de precio ni a patadas. Si quieres comprarte el Super Mario Maker 2, da igual que lo compres de lanzamiento a que lo hagas el día de descuento random de tal cadena de electrónica. La cosa es exagerada cuando vemos que juegos del año de lanzamiento como Breath of the Wild, Spatoon 2 o Mario Odyssey, están igual de "caros".
Pero todo en esta vida tiene sus pros y sus contras, y que un juego no se devalúe también puede ser algo bueno. Llevo desde hace tiempo realizando una cadena de intercambios con los juegos de Switch, y de esa manera me he ido pasando los lanzamientos más importantes de cada año. Aunque esta racha se cortó con Fire Emblem: Three Houses, ya que es un juego que tiene varias rutas diferentes, y decidí dejarlas para más adelante.
¿Cómo he seguido esta mágica cadena? Pues dejando a un lado la obsesión coleccionista, sobre todo con juegos que siempre van a estar disponibles. Así pues miré en mi torre de juegos de Switch, y ahí estaba el Mario Kart, al que no juego hace años -maldigo a mis amigos nintenderos que no tocan el online-. Y fíjate tú, alguien muy majo de Wallapop -también hay gente agradable- me lo cambió por el Pokémon Espada, que tenía ganas de jugarlo pero ni de coña pagando 50 euros.
A ver, de vez en cuando aprovecho ofertas, como me pasó con el DQXIS, pero es la excepción a la regla, ya que lo conseguí bastante barato. En cualquier caso, el Pokémon probablemente sufra el mismo destino una vez lo termine. Tampoco es que haya descubierto América, ni mucho menos, pero me apetecía hablar sobre el tema, porque nos entra el Diógenes videojueguil y luego no sabemos a qué jugar, y directamente ni encendemos la consola.
Y es una verdadera lástima, porque hay muchos, muchísimos juegos que merecen la pena...
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