miércoles, 27 de diciembre de 2017

Inquisición Editorial: ECC, la máquina de licenciar


Llevo mucho tiempo retrasando esta entrada, pero el tema del que hoy os voy a hablar queda mejor después de haber repasado las novedades de este año que está a punto de terminar. También reiterar que se trata de una crítica constructiva, siempre desde el respeto.

ECC Ediciones nació como editorial en el año 2011, tras adquirir los derechos de los cómics de DC que antes poseía Planeta DeAgostini Cómics. Pero no fue hasta el Salón del Manga de Barcelona de 2013 cuando la editorial anunció que daba el salto al manga con el anuncio de Crows y un tomo inédito de Osamu Tezuka. Con este comienzo, la editorial barcelonesa parecía tener clara su línea editorial, centrándose en clásicos como Junji Ito o Kazuo Koike, a la vez que contaban con alguna que otra novedad de corte más "juvenil".

A finales de 2015, y con motivo del Salón, aumentaron su ritmo de lanzamientos, añadiendo autores alternativos de la talla de Taiyô Matsumoto, pero en 2016 volvieron a reducir sus novedades a lo que estábamos acostumbrados hasta mediados de año, con la llegada de Chisakobee y Wet Moon, así como con la explosión de Junji Ito. En el Salón del Manga de 2016 se anunciaron no pocas novedades, y en 2017 el ritmo de publicación ya se había consolidado en alrededor de siete cada mes. Pero llegó el Salón del Cómic de Barcelona, y ahí cambió todo.


Lo cierto es que la gente tenía sus rifirrafes con las editorial, que si el moiré, la extraña periodicidad de algunas series, los precios que no tenían consistencia con el número de páginas, etc. Pero el punto de inflexión llegó cuando en esa conferencia en la que nadie esperaba mucho, ECC soltó la bomba y anunció tantas cosas y de una manera tan rápida y extraña, que ni los medios allí presentes consiguieron pillar la mitad de las novedades. Mangas de punta a punto del espectro de lectores, desde Garupan hasta Dorohedoro.

A eso hay que añadir que de vez en cuando llegan las novedades del mes y te encuentras con algo que no habían anunciado, así, sin vaselina. El ejemplo más claro fue El león de marzo, que lo anunciaron una semana antes del Salón del Manga, donde se lanzó. Luego en ese mismo Salón se anunciaron más series de cara a 2018, como hicieron el resto de editoriales. La sorpresa fue que, antes de Navidad, anunciaron el manga de Youjo Senki y el rescate de la autora de shoujo y BL, Yuu Watase.


De todo esto que he comentado se pueden sacar varias conclusiones:

1. Tienen prisa por contar con un catálogo a la altura del Big Three (me refiero a Norma, Ivrea y Planeta). Sólo llevan cuatro años sacando manga, de los cuales, el primero fue bastante flojo, y con todo lo que tienen anunciado, parece que quieran tener el mismo ritmo que las otras tres en 2018. Hay mangas con unas periodicidades tan locas, que a este paso van a sacar series completas de larga duración en un apenas un trimestre.

2. Algunas licencias parecen una moneda al aire. Yo estoy encantado con que ECC publique cosas como Dorohedoro o El león de marzo, que en la vida habría visto publicados en España, pero hay que tener un poco de sensatez. Al principio seguían una línea editorial muy clara, pero volvemos al punto anterior, y parece que cuantos más mangas saquen, más mangas "potentes" les van a dar las editoriales japonesas.

3. Si no vende bien, da igual, tenemos a DC. O al menos es la sensación que desprenden, tanto con sus nuevos anuncios como en redes sociales.  No soy economista, y de estadística sé lo justo, pero sé de sobra que aunque tengas un colchón tan grande, las locuras no pueden ser infinitas. Es muy loable querer abrir el mercado, pero si apuestas sin control puedes terminar rompiendo el propio mercado, sobre todo porque dichas apuestas no son nada baratas, ni para el que vende ni para el que compra. El antecedente que me da más miedo es el de Planeta allá por 2008, que sacaba cosas sin ton ni són, con el respaldo de DC en su catálogo y que supuso uno de los desencadenantes de la primera burbuja del manga en España.

Todo esto puede sonar algo duro por mi parte, pero la gente sabe que compro mangas de ECC, todos los que puedo (mi economía ahora es muy limitada) y que celebro sus éxitos. Pero llevo mucho tiempo siguiendo el mercado del manga en España de cerca (hasta el punto del acoso sexual) y no puedo evitar preocuparme. Sólo espero que 2018 sea tan buen año para ECC y el resto de editoriales españolas, como lo ha sido 2017. Porque si no, estamos jodidos.

PD: Espero que un día la moneda al aire sea propicia con Ashita no Joe (ya esto para aligerar un poco el tema xD).

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